DÍA 2 | VIAJE A LA INDIA
¡Hola, hola!
Si no habéis leído todavía como fue mi primer día en la India, pinchad aquí.
Mi segundo día en la India comenzó a las 6 de la mañana. Fuimos a ver el amanecer a una de las siete maravillas del mundo, y sólo puedo decir una cosa, impresionante. Es verdad que ya sabes a lo que vas, porque hemos visto mil fotos del Taj Mahal pero, aún así, merece la pena verlo.
Llegamos allí y antes de ponernos a hacer fotos como locos, nos explicaron su historia:
En el año 1607, el emperador musulmán Shah Jahan, conoció en un bazar de Agra a la princesa Mumtaz Mahal. Ella tenía solo 15 años. Se dice que la joven se estaba probando un collar de diamantes, que tenía un valor de 10.000 rupias (unos 130€). El emperador decidió pagar la joya, conquistando a la princesa.
Las razones de Estado le obligaron a casarse con otra mujer de su mismo rango, pero este nunca se olvidó de la princesa. Dado que la ley musulmana le permitía tener varias esposas, cinco años después se casó con ella. La ceremonia tuvo lugar en la ciudad de Agra. Aunque no se trataba de su primera esposa, si fue su favorita.
La princesa murió al dar a luz a su décimo cuarto hijo. Pero antes de que esto ocurriese, le pidió a su marido, Shah Jahan, que cumpliera con una serie de promesas: que construyera su tumba, que la visitara aniversario de su muerte, que cuidara a sus hijos y que se casara otra vez. De estas cuatro promesas, solo pudo cumplir la primera. Jahan se propuso que su mujer tendría la tumba más bonita del mundo, y lo consiguió.
Para la construcción de su tumba emplearon los mejores materiales, sin importar de donde venían. Cuentan que los materiales que emplearon: mármol, cristal, turquesas, ágatas, zafiros, amatistas, diamantes..., fueron transportados por más de mil elefantes, bueyes, búfalos y camellos de distintas partes del mundo. En la construcción participaron más de veinte mil obreros.
Mi outfit de este día fue muy básico. Unos pitillos negros, una camiseta gris de escote de pico y los deportivos blancos, que os vais a cansar de verlos en las fotos del viaje.
Para a entrar en el recinto del Taj Mahal, tuvimos que hacer dos colas para entrar, una de mujeres y otra de hombres. Primero entraban ellos y después nosotras...
Después de visitar el Taj Mahal, cogimos un autobús eléctrico, ya que a este recinto no pueden acercarse transportes que no sean eléctricos para no contaminar.
Después, fuimos a ver el Fuerte de Agra. Esto es un palacio amurallado que encierra en su interior un conjunto de palacios de distintos estilos arquitectónicos. Además esta rodeado de un foso que se llenaba de agua del río Yamuna.
El fuerte de Agra está construido de arenisca roja, por eso también se le llama el fuerte rojo de Agra. Esta situado a 2,5 km del Taj Mahal.
Por la tarde nos dieron una sorpresa... ¡nos regalaron un sari! El sari es el traje típico hindú. La vestimenta en la India suele confeccionarse con algodón, schiffon y seda de varios colores. Esta debe estar condicionada a los factores climáticos y geográficos. También influye en los materiales y en los ornamentos que se utilizan, la casta a la que se pertenece.
Como no teníamos ni idea de ponerlo porque son 5 m de tela, vinieron unas hindúes a ayudarnos.
Por la noche nos prepararon una cena especial. Eligieron a una pareja del grupo para que fuesen los novios y nos hicieron una imitación de lo que es una boda allí.
Los novios van en una carroza acompañados de los invitados, que estos van bailando (o eso fue lo que hicimos nosotros jaja.), hasta el sitio donde se va a celebrar la boda. Una vez allí, antes de la ceremonia, que es lo último, se les da la enhorabuena y los regalos a los novios.
Al nacer a los bebes se les hace una carta astral, que luego usan los sacerdotes para elegir la fecha ideal de la boda. Para eso, comparan las dos cartas astrales de la pareja.
Las bodas allí son muy importantes, por eso, una familia de clase media invita a una media de 500 o 600 invitados. La familia de la novia paga la boda. En cambio, la familia del novio hace una lista de cosas que quieren que les regale la familia de la novia. Si la familia de la novia no cumple con todas las cosas de la lista, la familia del novio trata fatal a la mujer de su hijo, hasta el punto de pegarle e incluso de quemarle. Aunque esto último ya no suele pasar porque está regulado por la ley y son siete años de cárcel...
Como ya he dicho antes, las bodas son súper importantes. La edad a la que se suelen casar allí es a los dieciséis años. Una cosa que me sorprendió es que si una niña con dieciséis años no tiene pareja, se la buscan los padres. Pero eso no es lo más sorprendente, es que si en un plazo de año y medio, todavía no han encontrado un hombre para su hija, lo publican en el periódico "El matrimonial". Este se publica todos los domingos con todas esas chicas que buscan un marido. Por esta razón, solo el 15% de los matrimonios están enamorados.
La novia no va vestida de blanco, ya que es el color de luto, sino de rojo. El rojo es el color de las clases guerreras, un signo de valentía que representa alegría, felicidad, bienestar y pasión.
Después de la cena y de la llegada al hotel, decidimos ir a la boda (esta ya de verdad jaja) a la que nos habían invitado el día anterior (si no sabéis de lo que os hablo, echadle un vistazo al día 1). A esta boda acudieron unos 10.000 invitados. Si, habéis leído bien, 10.000 invitados. Por lo que se ve era una familia de clase alta, de ahí la decoración tan espectacular que había, me imagino. Llevaban allí desde las seis de la tarde, nosotros llegamos sobre las doce de la noche y todavía estaban dando la enhorabuena y los regalos los invitados.
Llegamos nosotros vestidos de hindúes y los novios pasaron a un segundo plano... Vino todo el mundo a pedirnos fotos, nos querían invitar a comer algo, nos subieron a un mini escenario y bailamos todos juntos. ¡Nos lo pasamos en grande!
Y claro, después de todo el día sin parar, nos fuimos al hotel a descansar.
Os espero el lunes con mi tercer día en la India, ¡no os lo perdáis!
*Namaste*
Si no habéis leído todavía como fue mi primer día en la India, pinchad aquí.
Mi segundo día en la India comenzó a las 6 de la mañana. Fuimos a ver el amanecer a una de las siete maravillas del mundo, y sólo puedo decir una cosa, impresionante. Es verdad que ya sabes a lo que vas, porque hemos visto mil fotos del Taj Mahal pero, aún así, merece la pena verlo.
Llegamos allí y antes de ponernos a hacer fotos como locos, nos explicaron su historia:
En el año 1607, el emperador musulmán Shah Jahan, conoció en un bazar de Agra a la princesa Mumtaz Mahal. Ella tenía solo 15 años. Se dice que la joven se estaba probando un collar de diamantes, que tenía un valor de 10.000 rupias (unos 130€). El emperador decidió pagar la joya, conquistando a la princesa.
Las razones de Estado le obligaron a casarse con otra mujer de su mismo rango, pero este nunca se olvidó de la princesa. Dado que la ley musulmana le permitía tener varias esposas, cinco años después se casó con ella. La ceremonia tuvo lugar en la ciudad de Agra. Aunque no se trataba de su primera esposa, si fue su favorita.
La princesa murió al dar a luz a su décimo cuarto hijo. Pero antes de que esto ocurriese, le pidió a su marido, Shah Jahan, que cumpliera con una serie de promesas: que construyera su tumba, que la visitara aniversario de su muerte, que cuidara a sus hijos y que se casara otra vez. De estas cuatro promesas, solo pudo cumplir la primera. Jahan se propuso que su mujer tendría la tumba más bonita del mundo, y lo consiguió.
Para la construcción de su tumba emplearon los mejores materiales, sin importar de donde venían. Cuentan que los materiales que emplearon: mármol, cristal, turquesas, ágatas, zafiros, amatistas, diamantes..., fueron transportados por más de mil elefantes, bueyes, búfalos y camellos de distintas partes del mundo. En la construcción participaron más de veinte mil obreros.
Mi outfit de este día fue muy básico. Unos pitillos negros, una camiseta gris de escote de pico y los deportivos blancos, que os vais a cansar de verlos en las fotos del viaje.
Para a entrar en el recinto del Taj Mahal, tuvimos que hacer dos colas para entrar, una de mujeres y otra de hombres. Primero entraban ellos y después nosotras...
Después de visitar el Taj Mahal, cogimos un autobús eléctrico, ya que a este recinto no pueden acercarse transportes que no sean eléctricos para no contaminar.
Después, fuimos a ver el Fuerte de Agra. Esto es un palacio amurallado que encierra en su interior un conjunto de palacios de distintos estilos arquitectónicos. Además esta rodeado de un foso que se llenaba de agua del río Yamuna.
El fuerte de Agra está construido de arenisca roja, por eso también se le llama el fuerte rojo de Agra. Esta situado a 2,5 km del Taj Mahal.
Por la tarde nos dieron una sorpresa... ¡nos regalaron un sari! El sari es el traje típico hindú. La vestimenta en la India suele confeccionarse con algodón, schiffon y seda de varios colores. Esta debe estar condicionada a los factores climáticos y geográficos. También influye en los materiales y en los ornamentos que se utilizan, la casta a la que se pertenece.
Como no teníamos ni idea de ponerlo porque son 5 m de tela, vinieron unas hindúes a ayudarnos.
Por la noche nos prepararon una cena especial. Eligieron a una pareja del grupo para que fuesen los novios y nos hicieron una imitación de lo que es una boda allí.
Los novios van en una carroza acompañados de los invitados, que estos van bailando (o eso fue lo que hicimos nosotros jaja.), hasta el sitio donde se va a celebrar la boda. Una vez allí, antes de la ceremonia, que es lo último, se les da la enhorabuena y los regalos a los novios.
Al nacer a los bebes se les hace una carta astral, que luego usan los sacerdotes para elegir la fecha ideal de la boda. Para eso, comparan las dos cartas astrales de la pareja.
Las bodas allí son muy importantes, por eso, una familia de clase media invita a una media de 500 o 600 invitados. La familia de la novia paga la boda. En cambio, la familia del novio hace una lista de cosas que quieren que les regale la familia de la novia. Si la familia de la novia no cumple con todas las cosas de la lista, la familia del novio trata fatal a la mujer de su hijo, hasta el punto de pegarle e incluso de quemarle. Aunque esto último ya no suele pasar porque está regulado por la ley y son siete años de cárcel...
Como ya he dicho antes, las bodas son súper importantes. La edad a la que se suelen casar allí es a los dieciséis años. Una cosa que me sorprendió es que si una niña con dieciséis años no tiene pareja, se la buscan los padres. Pero eso no es lo más sorprendente, es que si en un plazo de año y medio, todavía no han encontrado un hombre para su hija, lo publican en el periódico "El matrimonial". Este se publica todos los domingos con todas esas chicas que buscan un marido. Por esta razón, solo el 15% de los matrimonios están enamorados.
La novia no va vestida de blanco, ya que es el color de luto, sino de rojo. El rojo es el color de las clases guerreras, un signo de valentía que representa alegría, felicidad, bienestar y pasión.
Después de la cena y de la llegada al hotel, decidimos ir a la boda (esta ya de verdad jaja) a la que nos habían invitado el día anterior (si no sabéis de lo que os hablo, echadle un vistazo al día 1). A esta boda acudieron unos 10.000 invitados. Si, habéis leído bien, 10.000 invitados. Por lo que se ve era una familia de clase alta, de ahí la decoración tan espectacular que había, me imagino. Llevaban allí desde las seis de la tarde, nosotros llegamos sobre las doce de la noche y todavía estaban dando la enhorabuena y los regalos los invitados.
Llegamos nosotros vestidos de hindúes y los novios pasaron a un segundo plano... Vino todo el mundo a pedirnos fotos, nos querían invitar a comer algo, nos subieron a un mini escenario y bailamos todos juntos. ¡Nos lo pasamos en grande!
Y claro, después de todo el día sin parar, nos fuimos al hotel a descansar.
Os espero el lunes con mi tercer día en la India, ¡no os lo perdáis!
*Namaste*