FASHION REVOLUTION
¡Hola, hola!
La semana pasada se celebró la Fashion Revolution. Ya os hablé de esto en mis redes sociales, tanto en Instagram como en Facebook. Para los que no lo leísteis, Fashion Revolution surge hace 6 años tras derrumbarse el Rana Plaza (Bangladesh), una fábrica donde se producía ropa de marcas a las que acudimos todos los meses para renovar nuestro armario. Las condiciones de seguridad que había eran pésimas, lo que provocó más de mil muertos. En este momento, un grupo de personas que ya luchaban contra esta situación, decidieron formar este movimiento y darlo a conocer.
¿Te has preguntado alguna vez: quien ha hecho la camiseta que llevas puesta ahora mismo? ¿En qué condiciones?... Desgraciadamente, este tipo de empresas, las que apuestan por una moda rápida, no tienen en cuenta este tipo de cuestiones. Solo piensan en los beneficios que van a recibir tras vender sus productos. Por eso, envían la producción a países subdesarrollados, para conseguir prendas a bajo coste, que estén al alcance de la mayoría de bolsillos y que, además, sigan las tendencias del momento.
Hemos pasado de tener dos temporadas al año a tener 52 colecciones, una a la semana. Esto hace que estemos constantemente viendo y comprando prendas nuevas sin realmente necesitarlas y, a su vez, dejemos de ponernos otras que están prácticamente nuevas o incluso sin estrenar. ¿Realmente es necesaria toda la ropa que tenemos?
La realidad es que los salarios de los trabajadores son una miseria, prácticamente trabajan gratis. Además, muchas de las técnicas que se utilizan para fabricar las prendas son muy perjudiciales tanto para las personas como para el medio ambiente... ¿Sabías que se necesitan unos 2700 litros de agua para producir una camiseta (más o menos, la cantidad que bebe una persona en un período de tres años)? ¿Sabías que el consumo de ropa produce 1,5 toneladas de CO2 por familia en un año (equivale a la cantidad de CO2 que producen 6000 coches)? ¿Sabías que algunos ríos en China son del color estrella de la temporada?
Hace un año, varias chicas a las que sigo empezaron a hablar sobre moda sostenible y me pareció interesante. Busqué información por mi cuenta pero no hice nada más al respecto. Sin embargo, este año, que he tenido que hacer un trabajo sobre este tema en la universidad y me he tenido que informar un poco más, he pensado que era buena idea empezar a cambiar mi manera de consumir moda y compartir con vosotros mi evolución, el proceso y toda la información que vaya aprendiendo.
He decidido crear mi armario cápsula con básicos de calidad, que apuesten por unos valores que merezcan la pena. Quiero ir sustituyendo, conforme se vayan estropeando, mis básicos por unos de calidad, que además de pertenecer al slow fashion, con todo lo que eso conlleva, van a durar mucho más tiempo.
Obviamente la ropa que tengo, que no cumple con los valores que me gustaría, no la voy a tirar. Tampoco quiere decir que ya nunca más vaya a comprar en tiendas fast fashion pero si que lo voy a hacer en menor medida. Aunque quizá algún día si que deje de hacerlo.
Tengo muchas ideas en mi cabeza de cosas que quiero ir haciendo y compartiendo con vosotros. Como he dicho antes, os quiero informar mucho más sobre el tema. Mi objetivo es intentar concienciar y dar alternativas. Así que ojalá algunos de vosotros, poco a poco, os animéis a cambiar algunos hábitos conmigo. Cuanta más gente haya concienciada, más exigentes nos volveremos y antes empezarán a cambiar las empresas.
Antes de acabar. Se acercan los exámenes y no voy a estar tan activa en mis redes sociales ni en el blog. No voy a dejar de subir contenido por aquí durante este mes pero no prometo que haya todas las semanas. Espero que lo entendáis.
Dicho esto, ¡nos vemos muy pronto con un nuevo look!
*Namasté*
La semana pasada se celebró la Fashion Revolution. Ya os hablé de esto en mis redes sociales, tanto en Instagram como en Facebook. Para los que no lo leísteis, Fashion Revolution surge hace 6 años tras derrumbarse el Rana Plaza (Bangladesh), una fábrica donde se producía ropa de marcas a las que acudimos todos los meses para renovar nuestro armario. Las condiciones de seguridad que había eran pésimas, lo que provocó más de mil muertos. En este momento, un grupo de personas que ya luchaban contra esta situación, decidieron formar este movimiento y darlo a conocer.
¿Te has preguntado alguna vez: quien ha hecho la camiseta que llevas puesta ahora mismo? ¿En qué condiciones?... Desgraciadamente, este tipo de empresas, las que apuestan por una moda rápida, no tienen en cuenta este tipo de cuestiones. Solo piensan en los beneficios que van a recibir tras vender sus productos. Por eso, envían la producción a países subdesarrollados, para conseguir prendas a bajo coste, que estén al alcance de la mayoría de bolsillos y que, además, sigan las tendencias del momento.
Hemos pasado de tener dos temporadas al año a tener 52 colecciones, una a la semana. Esto hace que estemos constantemente viendo y comprando prendas nuevas sin realmente necesitarlas y, a su vez, dejemos de ponernos otras que están prácticamente nuevas o incluso sin estrenar. ¿Realmente es necesaria toda la ropa que tenemos?
La realidad es que los salarios de los trabajadores son una miseria, prácticamente trabajan gratis. Además, muchas de las técnicas que se utilizan para fabricar las prendas son muy perjudiciales tanto para las personas como para el medio ambiente... ¿Sabías que se necesitan unos 2700 litros de agua para producir una camiseta (más o menos, la cantidad que bebe una persona en un período de tres años)? ¿Sabías que el consumo de ropa produce 1,5 toneladas de CO2 por familia en un año (equivale a la cantidad de CO2 que producen 6000 coches)? ¿Sabías que algunos ríos en China son del color estrella de la temporada?
Hace un año, varias chicas a las que sigo empezaron a hablar sobre moda sostenible y me pareció interesante. Busqué información por mi cuenta pero no hice nada más al respecto. Sin embargo, este año, que he tenido que hacer un trabajo sobre este tema en la universidad y me he tenido que informar un poco más, he pensado que era buena idea empezar a cambiar mi manera de consumir moda y compartir con vosotros mi evolución, el proceso y toda la información que vaya aprendiendo.
He decidido crear mi armario cápsula con básicos de calidad, que apuesten por unos valores que merezcan la pena. Quiero ir sustituyendo, conforme se vayan estropeando, mis básicos por unos de calidad, que además de pertenecer al slow fashion, con todo lo que eso conlleva, van a durar mucho más tiempo.
Obviamente la ropa que tengo, que no cumple con los valores que me gustaría, no la voy a tirar. Tampoco quiere decir que ya nunca más vaya a comprar en tiendas fast fashion pero si que lo voy a hacer en menor medida. Aunque quizá algún día si que deje de hacerlo.
Tengo muchas ideas en mi cabeza de cosas que quiero ir haciendo y compartiendo con vosotros. Como he dicho antes, os quiero informar mucho más sobre el tema. Mi objetivo es intentar concienciar y dar alternativas. Así que ojalá algunos de vosotros, poco a poco, os animéis a cambiar algunos hábitos conmigo. Cuanta más gente haya concienciada, más exigentes nos volveremos y antes empezarán a cambiar las empresas.
Antes de acabar. Se acercan los exámenes y no voy a estar tan activa en mis redes sociales ni en el blog. No voy a dejar de subir contenido por aquí durante este mes pero no prometo que haya todas las semanas. Espero que lo entendáis.
Dicho esto, ¡nos vemos muy pronto con un nuevo look!
*Namasté*